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Crónicas del morsa (2 de abril del 2006)

Últimamente mis desayunos domingueros son demasiado pequeñoburgueses: saco a Rita al parque, al malecón, vamos a comprar comida para perro (cachorro, aunque Rita me mira con cada de oye, monse, tengo ya 4 años), comprar un pan con chicharrón donde el tío Yasu, luego los 3 periódicos de rigor (La República, El Comercio y Perú.21), regresar, preparar café, poner un disco de Miles Davis en el miniequipo (necesito otro), y ponerme a leer sobre todas las cosas que pasan en el mundo.


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Es mi distracción dominguera. Aprovecho un poco la soledad para refrescarme así. Soledad porque mis padres se han ido a la playa, aunque es seguro que esta rutina se mantenga también los domingos del futuro, ya sea en mi propio departamento o en algún piso que encuentre cuando estudie fuera.

Anoche fui solo (y repito lo de solo cuando no lo estoy… mi chica estaba enferma y le dio rabia no poder acompañarme, a mi me hubiera encantado que me acompañe) al cierre de campaña del PS. Quién lo diría: si hubiera sido el inicio de campaña, yo me hubiera apuntado, convertido en el más acérrimo militante del PS, empuñar la bandera, los polos, los pines, todo, de puro hincha. Pero Javier hizo todo al revés: antepuso los principios a los medios y sobre todo a los fines (en vez de Karl, debiera haber atendido más al otro Marx, a Groucho: «Estos son mis principios… sino te gustan, tengo muchos más»), y llevó a cabo una campaña realmente aburrida, triste. Y dio pena que solamente fuéramos 2000 personas (ya, siendo optimistas), porque había gente que quiere realmente que este país sea algo distinto. Ok, siendo más fríos, que sea un país donde la gente viva con dignidad.

Así que el Comandante va a seguramente ganar las elecciones. Seguro, no hay que caer en el prejuicio con los militares… pero… Humala no puede dejar sus maneras de militar, su forma de hablar de militar, etc. Anoche, cuando regresaba en el taxi, el conductor me decía: «Pero Humala no la va a fregar». Le di todo mi cargamento de respuestas, que tiene demasiados trapos sucios, que sus vínculos con los militares montesinistas, etc. Y que Valentín era un candidato de lujo (lamentablemente en política no hay «aprende para la próxima», y Javier, hubiera sido perfecto que abras un poco el discurso y el panorama: dejemos el socialismo para después, ahora hay que salvar al país, y para eso necesitamos a todos los hombres y mujeres de la patria, todos y todas que quieran un país digno), pero que bueno, con el conductor llegué a la conclusión que aquí las buenas maneras se confunden con falta de actitud. «Para gobernar este país hay que ser pendejo pues», me dijo. «Claro, pendejo», pensé, «y por eso te pasas la luz roja, huevón».

No quiero y no voy a votar por Lourdes ni por Alan. Si democracia en el Perú significa dignidad para todos, ni uno de ellos lo representa. Lourdes que no puede dejar su dogmatismo cristiano-liberal (solamente en este país puede haber algo así) y Alan, bueno, hay cosas que me son difíciles de olvidar. ¿Entre la espada y la pared? Aquí sí se cumple la metáfora humalista: En estas elecciones todos estamos firmando nuestro fusilamiento.

Pero quiero terminar la crónica dominguera con ideas en positivo: El evento de anoche me dijo mucho. Primero, porque una chica como Laurita Pacheco apareció y alegró el ambiente que parecía un entierro. Creer en la dignidad del prójimo no debe dejarnos solamente en la rabia y la indignación, sino también debe ser algo celebratorio: festejemos la fe en la humanidad. La diversidad de propuestas musicales, de gente que pudo haberse quitado del país y que está haciendo su arte, sus propuestas, organizándose en sellos como Descabellado Records, me hace pensar que tanto vivido no ha sido en vano, que habemos algunos que apostamos por este terreno ingrato llamado Perú.

Ya seguiré con esto, sobre todo el próximo domingo que hay que ir a votar.

Votar conscientemente. Ni a ganador, ni al mal menor. Eso es de perdedores.

Y yo no soy uno de ellos, ni menos un quitter.

Publicado en General

3 comentarios

  1. Anonymous Anonymous

    Posicion muy digna Morsa, pero tambien idealista al extremo. Estaria totalmente de acuerdo en lo del voto «consciente» si es que el Peru fuera un pais civilizado, o si estuvieramos en Chile para no ir tan lejos. Pero lamentablemente el Peru actualmente esta lejos de la civilizacion. Basta subir a una combi para comprobarlo.

    Por tal razon, en el contexto actual, no se porque sugieres que votar «por el menos malo» seria algo indigno. La cosa es clara: no queda otra. Es mas, para la segunda vuelta sera lo mismo.

    Tambien me parece un poco pedante y egoista de tu parte descalificar a los peruanos que, segun tu, son «quitters» y decidieron salir del pais. Bien por los peruanos que estan en el Peru y se han abierto un espacio propio a traves del arte, la ciencia (existe en el Peru?), etc etc. Pero cuando afirmes algo asi, seria justo tambien que digas que muchos, pero muchos peruanos igual o mas calificados que aquellos «exitosos no quitters», han salido del pais justamente porque no pudieron con las argollas, las paterias, y los compadrazgos de los «exitosos».

    En el Peru no existe la «meritocracia» sino la «amigocracia», a todo nivel, y la unica manera de arreglar esto es construyendo una sociedad civilizada, en democracia, con libertad de expresion.

    Ve pues, vota con dignidad, pero cuando Humala te quiera tapar la boca, no digas despues que no se te advirtio.

    Ojo, a mi tampoco me gusta Flores, no soy de derecha, pero en un gobierno de ella por lo menos mi voz podria ser escuchada.

  2. Roberto Roberto

    puse quitter porque no tengo la palabra en castellano. quitter es alguien que se rinde fácilmente, no alguien que se quita (necesariamente). no es para hablar de los que se fueron del país (lo cual además es otro tema distinto).

  3. Uy Curuju Uy Curuju

    … no soy de derecha, pero con la derecha van a escuchar mi voz … no soy de derecha pero con la derecha puedo estar seguro de que voy a seguir teniendo mi chambita segura … no soy de derecha pero con la derecha por lo menos tengo la garantía de que las cosas estarán en su lugar y no tendré a uno de esos «incivilizados y desubicados productos del sistema» con igual o más poder que yo… no soy de derecha pero con la derecha estoy seguro de que si tengo algún problema de cualquier tipo, siempre voy a tener a un amigo de mi papá o a un general conocido o a un funcionario de igual condición… no soy de derecha pero… no se, no se porque no soy de derecha …o si soy de derecha???

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