en los últimos posts del blog del morsa hemos ido explorando todo ese lado divertido, camp y kitch del papá de los superhéroes: clark kent y su superdisfraz, el superventriloqüismo y otros divertidos súperpoderes de supayman.
la película no rescata esa capacidad de super para resolver los miles de problemas con los que se enfrenta, y peor aún no explica cómo así tuvo el hijo con lois (bah, si te eché a perder el «gran enigma» de superman returns no te pierdes de nada… es como contarte el final de titanic: el barco se hunde). el súperman de la edad de plata era ante todo divertido. ¿cuántas veces jimmy olsen ha sido salvado por ser tan nerd y sonso? ¿dónde está su súper reloj? ¿cómo embarazó a lois sin matarla?
larry niven, todo un experto de la ciencia ficción se preguntaba hace 35 años: «Superman es conocido por dejar sus huellas digitales en concreto reforzado, accidentalmente. ¿Qué le haría a la mujer que esté en sus brazos durante lo que equivale a una convulsión epiléptica? … Consideren el impulsante forcejeo entre un hombre y una mujer, el monomaníaco apremio de lograr más y más penetración. Recuerden también que estamos tratando con músculos kryptonianos.» [1, en versión traducida por ocraM]
viva la edad de plata de los comics, cuando los héroes hacían cosas heroicas.
esas últimas viñetas (por cierto, de la edad dorada, no de la de plata) demuestran por qué superman era SUPERMAN.