La muerte del blog

Cementerio de blogs (Fuente: Scrapbookpages)

Cada cierto tiempo, en alguna conversa o en algún espacio, surge la pregunta: «Roberto, ¿y qué harás cuando los blogs desaparezcan?». Pregunta que se puede intercambiar con «¿Qué harás después de esto?».

La pregunta es inquietante, porque el blog para mi se ha vuelto casi una adicción. Además, porque el hecho de bloguear no solamente tiene que ver con escribir post como este, sino estar al tanto de lo que pasa en otros blogs (o siendo más justos, al tanto de lo que pasa en otros feeds, de diarios, blogs, radios digitales, etc.). Sobre la desaceleración de los blogs ya escribimos en otro lado. ¿Desaparecerán los blogs? ¿Desaparecerán otros bichos de moda como el Twitter?

Ver las cosas desde una perspectiva de largo aliento da una idea mejor del proceso y nos permite salirnos un poco del fanboyismo. En efecto, pensar en la pronta desaparición el formato óptico como medio de almacenamiento era casi impensable en los noventas, y ahora mismo ya estamos enterrando a los CD’s. El formato magnético (funcional además a la sociedad de entretenimiento masivo) ya es una reliquia.

Del mismo modo, la aparición de los blogs, los «twitters», youtube, los servicios de redes sociales (hi5, facebook, etc.), mutarán, cambiarán, se combinarán, fusionarán. La palabra clave allí es convergencia y la tecnología clave para ir entendiendo el cambio son los rss. Algo de eso estamos viendo en estos momentos, y valdría la pena pensar qué clase de páginas son nuestros lectores de feeds: Sistemas integrados digitales y personalizados. Nuestro periódico hecho a la medida. Creo que por allí va la tendencia. En ese sentido, este blog no es un blog: es un productor de feeds, de memes, de información.

El blog ha muerto. Viva el blog.

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