El viernes fue noche de Batman: Dark Knight.
La verdad que la espera valió la pena. Es una película que trata básicamente sobre las líneas tenues que separan el bien y el mal, y los medios que aseguran ciertos fines. Es una película muy «post 9-11», sobre todo por la aparición de un Joker convertido en la encarnación del mal y alejado totalmente de la versión circense de Tim Burton (lo cual además se acerca mucho a lo que es el Joker en los comics, desde el famoso «Una muerte en la familia» y «La broma asesina», otra referencia segura de la película).
Esta visión pesimista del mundo «post 9-11» se refleja sobre todo en ciertas decisiones que toma Batman para atrapar al Joker, en su guerra contra el terror. Tomando quizá como imagen al Batman milleriano del Dark Knight Returns, el Batman de Bale-Nolan no tiene límites (ni geográficos ni simbólicos) en su lucha contra el crimen organizado, y nada le puede detener. El Joker lo entiende así, mucho más que los gangsters de los tiempos previos a «la era de los freaks». En el DKR, Batman sabía que el poder de los superhéroes les pertenecía, ellos y no el resto de mortales pertenecían a una suerte de gran Olimpo, y con ese poder el mundo podía ser mejor.
El Joker es lo que tiene que ser. Una suerte de Dios malvado, oscuro, dueño del Hades, que todo lo corrompe y que todo, además, está de acuerdo a lo calculado. Como el señor del inframundo, siempre va a ganar. Tiene, para seguir el chiste, siempre la última carta. Como en «La Broma Asesina», su gran plan es demostrar que todos son no solamente corrompibles, sino la fragilidad del alma humana. Todo es parte de la gran broma o el gran plan, que para el Joker es lo mismo.
Otro comic referenciado en esta segunda entrega de la saga de Nolan es El largo Halloween. La llegada de nuevos dioses a Gotham City ha modificado las relaciones de poder de la ciudad. La ciudad se ha llenado de freaks, de monstruos (Batman, Joker, el Espantapájaros, Two-face), y los viejos señores del hampa no pueden hacer ahora nada.
Las reglas cambian para los habitantes de la ciudad. Y Batman ahora tendrá que enfrentarse siempre a la misma duda, si los fines justificarán los medios. Siempre podrá acabar con la vida del príncipe del crimen, pero tendrá que contenerse porque su moral así se lo dice (moral que el Joker termina siempre poniendo en duda: ¿Cuántas muertes podría evitar Batman si solamente apretara poco más los dedos en su cuello blanco?). Allí la frase del Joker termina siendo realista: «Tendremos que hacer esto siempre».
Nolan de ese modo hace una película que tiene un doble mérito. Es una película al mismo tiempo original, que juega con la figura del duelo (presente en películas previas suyas), y que respeta la iconografía batmaniana, aquella ideada por Bob Kane (el primer dibujante) y el injustamente olvidado Bill Finger (el primer escritor), iconografía amplificada por tantos como Dennis O’Neil y Frank Miller.
Lástima que la muerte de Heath Ledger ponga tan alta la valla como para cualquier secuela. ¿Dark Victory dijo alguien?
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Estimado Morsa:
Comparto tu opinión. Inclusive escribí algo al respecto en el blog de un amigo: http://elsucioharry.blogspot.com/2008/07/batman-es-la-noche.html
Ciertamente, causa entusiasmo que una película en teoría dirigida al gran público tenga una calidad artística indiscutible. Pocas veces intentado, menos veces conseguido.
El Joker es extraordinario (que gran alquimia entre lo que hace un gran guión, una gran dirección y una gran actuación, como para la posteridad), no sólo pretende destruir la ciudad sobre la base de explosiones, sino que pretende destruir desde sus cimientis, sacando lo peor del ser humano, y aunque no lo consiguió con los barcos (algo anecdótico y fuera de su control), pero sí que lo consiguió con el «White Knight» (su mayor triunfo) y también en el hecho de que Batman y Gordon hayan tenido que ocultar la verdad.
Una película profundamente desalentadora, pero humana. No suelo dar elogios muy grandes, pero la verdad es que «Dark Knight» llama al entusiasmo y estoy muy contento que el personaje que tanto aprecio haya sido el que haya permitido que se realice una obra maestra en el cine.
Yo que iba a hacer un post sobre la pela; estoy de acuerdo contigo en un 100%. No digo más.
de existir la posibilidad de una secuela… kien haria del joker? =(
metiendo un poco de vicio…
ayer fui a ver la película (es la pela de batman que más me ha gustado -y hablo de las de tim burton, porque las demás excepto batman begins, son bullshit).
En fin, estaba con una amiga y nos percatamos de que el alcalde tenía demasiado delineador en los ojos. qué tiene este hombre? le dije es un drag???, y ella me contestó: es que es el alcalde de ciudad GÓTICA!
BATMAN ES UN PERSONAJE QUERIDO O ATRACTIVO PARA LOS NIÑOS?
QUE REPRESENTA? UN HEROE TIPO ZORRO O EL LLANERO SOLIITARIO?
SE HA UTILIZADO AL PERSONAJE PARA INTRODUCIR CONCEPTOS NUEVOS DE TERRORISMO DE LA SOCIEDAD AMERICANA, DE FRACASO DE LA DEMOCRACIA, FRACASO DEL SER HUMANO FRENTE A SU FUTURO
CONCEPTOS QUE NO CREO QUE LOS NIÑOS PUEDAN COMPRENDER CON IMAGENES TAN VIOLEMTAS
DEBERIA ADVERTIRSE Y POR LO DEMAS ESTOY DE ACUERDO EN QUE ES UNA BUENA PELICULA Y VOY A TENER QUE VERLA UNA O DOS VECES MAS
¿Nadie notó la apología a la era Bush?
¿A nadie le provocó ampolla el fascismo disfrazado de medidas desesperadas?
¿En verdad nos creemos que los terroristas sólo pretenden crear el caos y sacar lo peor de nosotros?
¿El fin justifica los medios?
¿y los miedos?
Es cierto, el Guasón es un villano de estos tiempos, es la encarnación misma de la maldad, del terrorismo llevado a los extremos, desde que aparece de espaldas, quieto, esperando desencadenar la tormenta, hasta el instante en que cuelga de una pierna, riendo con demencia, triunfador, derrocha maldad, insania, pero también inteligencia. Es un personaje totalmente atractivo. Said tiene razón, es imposible evitar los paralelismos con los recursos ilimitados del terror, de un mundo cuerdo y decente, con reglas como las de Batman, enfrentando a seres demenciales que no temen incluso perder sus vidas en su afán de alcanzar un poder caótico. El Guasón era tan extraño que no sólo no tiene nombre, ni pasado, sino que no parece buscar nada como un fin en sí, es como él mismo se define: un perro que corre tras los autos. Pero es un agente del caos, y el caos es miedo. La escena cuando asegura que para esa noche tomará el control de la ciudad y todo el que no esté de acuerdo que se vaya, mostrando a la gente asustada, poniéndose de pie para echarse a la fuga, dejándolo todo, nos habla del poder de unos pocos, en este caso él, sobre la multitud. El poder de una mente brillante y loca sometiendo a toda una ciudad. Creo que lo más inquietante, y aterrador, es que el Guasón triunfaba a fe de pura maldad e inteligencia, sin ejércitos, armas nucleares, virus, gases que crearan un ejército de zombies. Él, únicamente él, era la encarnación del mal y eso era suficiente. Es extraño que una película de Batman se viera dominada así por la personalidad del Guasón, tal vez no lo buscaban así y fue Heath Ledger, quien a la larga resultó mucho mejor actor de lo que todos suponíamos, aunque lo sospechábamos por El Secreto en la Montaña, se ganó a pulso ser el corazón de la cinta, un corazón que era todo veneno.
[…] Nolan nos entrega la última historia de Batman/Wayne, que fue derrotado como símbolo en su anterior aventura. El Joker se ubica más allá del bien y del mal; es un agente del caos, un trickster que lo […]