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Tu envidia es mi progreso (un boceto)

La envidia, Covarrubias. Fuente: Iberoamericana Editorial Vervuert

(Post motivado por el triunfo de La teta asustada en la Berlinale, y los cientos de comentarios, predecibles muchos, a raíz del premio)

Siempre hay este tipo de frases, tales como «el peor enemigo de un peruano es otro peruano» y «el peruano es envidioso por naturaleza», que siempre terminan en una cuestión casi genética, cuando no racial. No podemos razonar contra nuestra envidia incrustada en nuestro ADN. Así, nos cae mal que Claudia Llosa gane un premio porque el jurado es seguramente comprado o políticamente correcto (y porque, además, se apellida Llosa), y también nos cae mal Bareto y que tenga éxito con sus cóvers de cumbia sicodélica (aunque el Grupo 5 toque «la culebrítica», un cóver mexicano),  y nos cae mal el compañero de estudios porque seguro consiguió un mejor trabajo porque sus padres son amigos del director de tal o cual ONG. (La vuelta de tuerca en todo esto es cuando una mujer, supuestamente con las mismas cualidades académicas nuestras consigue un puesto por ser mujer: coquetería, sino más, con los futuros jefes, ahora también acciones de afirmación positiva).

El primer movimiento debería ser buscar los orígenes históricos de «la envidia peruana» y quizá darle algún tipo de punto de partida. ¿El encuentro de Pizarro con Atahualpa? ¿La derrota de los curacazgos andinos frente a los invasores europeos? Uhm, quizá no tanto. Quizá la envidia peruana no se encuentre en la «herencia colonial», sino más bien en la independencia o en la historia republicana. ¿Es acaso la «envidia peruana» una expresión de lo criollo en el Perú? ¿No sería más correcto hablar de «envidia criolla»? ¿No es «envidia criolla» la de las tías que rajan de las vecinas?

La envidia no solamente es la aspiración del éxito del otro, sino que se convierte en norma. Entendemos, en la sociedad criolla, que el éxito del otro se debió a una serie de factores externos al mérito o al esfuerzo: relaciones de compadrazgo, parentesco, etc. En realidad aspiramos al paquete completo. No solamente al éxito ajeno, sino también a sus contactos, a su capital social-familiar. La aspiración de movilidad social basada en «cómo te apellidas». Por eso nos resulta sospechoso que Claudia Llosa gane un premio por mérito propio.

Bueno, en muchos casos tampoco es que este razonamiento sea gratuito.

En una sociedad donde lo oral se impone sobre lo escrito, lo privado se impone sobre lo público, la casa sobre la calle, es lógico que la idea de meritocracia no funcione. El niño egresado de la Escuela Túpac Amaru en Nuevo Occoro no es igual (por mala calidad educativa, por los escasos recursos que tiene, etc.) frente al mercado laboral que un egresado de un colegio particular en el distrito de Barranco. He sido pocas veces testigo de las convocatorias públicas para trabajos en ONG’s y generalmente alguien llega por recomendación de un profesor.

Digamos que solamente el reconocer la historicidad de la envidia peruana (o, acotando, la envidia criolla) no es suficiente, y más bien deberíamos preguntarnos (como lo hace, no sé, Guillermo Rochabrún alrededor de la idea de la «herencia colonial») sobre las bases estructurales que permiten la reproducción de esta herencia identitaria criolla. ¿Cómo es que la «envidia criolla» no desaparece? ¿Qué hay en la sociedad que permite un terreno fértil a tal práctica y discurso? No podemos evitar la envidia, pero sí quizá atacar el sustrato sobre el que se asienta.

Lo dejo como pregunta. Quizá justamente en la falta de institucionalidad pública esté la respuesta. Larissa Lomnitz tiene un muy buen trabajo sobre el compadrazgo en Chile, que podría hacerse extensivo a la clase media peruana. Es decir, si el adolescente que saca 18 en el colegio de Nuevo Occoro sabe que su 18 vale igual que cualquier otro 18 del mismo quinto de secundaria de cualquier colegio del país, ¿no desaparecerá esta sospecha envidiosa? No tengo la respuesta. Me imagino que de eso se trata, de lanzar preguntas y ver a dónde nos llevan.

En todo caso, salir de la condena de la herencia genética y/o de la historia.

Otras entrada: Úbicate, negro (elmorsa.com)

Perútags:

Publicado en Historia

27 comentarios

  1. […] qué hablamos cuando hablamos de envidia? El Morsa, en un post recomiendo (como siempre) leer completo, se va hasta la Colonia para […]

  2. Acaso la envidia no sea un asunto flogenético, sino ontogenético: la vamos desarrollando y afinando a lo largo de nuestras vidas y siempre con un criterio cuantitativo, donde el «más» del otro es «menos» para mí: el otro lo tiene más grande que yo, la otra tiene más aprobación que yo, etc.
    En fin, motivos para la envidia sobran en el tercer planeta, no creo que dependan de un contexto determinado. Por cierto, ¿por qué el adjetivo descalificativo «criolla» para la envidia? ¿hay una envidia «cobriza», «autótona y salvaje», acaso más pasable? ¿de repente los «no-criollos» no envidian?

  3. Joaquin Joaquin

    Hola Morsa,

    Aunque la envidia puede ser un hecho real que obstruya el progreso individual, creo que también el fenómeno puede entenderse de otra forma. Es decir, no es tanto que la gente envidie, es que las personas se sienten envidiadas para justificar así sus fracasos o conflictos personales. Así, una persona que fracasa en algún proyecto puede utilizar la idea de la envidia de dos formas: primero, se auto valora frente a los demás, ya que si los demás le tienen envidia es porque, de alguna forma, se cree superior al resto: por ser más atractivo, más inteligente, por tener más estudios, o más dinero o lo que sea. De esa forma se autocomplace, se autoafirma. Segundo, evita en buena medida el desagradable proceso de tener que enfrentarse a sus propios defectos, errores y carencias echándole buena parte de la culpa del fracaso a un factor externo, en este caso, la envidia de la gente.
    En un país como el nuestro por sus mismos conflictos sociales y carencias económicas, no la envidia en si sino la idea de la envidia puede haberse convertido en una forma de lidiar con los fracasos. Sería algo terrible si fuera así, ya que por un lado estimula el conflicto entre individuos y por otro lado obstruye el que se pueda identificar las verdaderas razones de los fracasos. Bueno, es una idea más para tu debate.

  4. roberto roberto

    hola gonzalo: no es un calificativo. toda nación se construye desde un lugar determinado, desde un imaginario. la nuestra fue (es) una nación criolla, construida desde ese locus, desde donde se plantea que el resto del país se integre.

    para evitar confusiones, la envidia no es algo exclusivo de algún grupo determinado. yo no lo veo así, pero sí me interesa acotar, por cuestión metodológica el funcionamiento de la envidia en el campoo social.

    saludos

  5. wuaoo… Pan de todos los dias.

    Lamentablemente la envidia se podría traducir en que, el Peruano, dado por la condicion no tan estable en el medio laboral, academico,etc ( que son la mayoria). No se siente seguro de lo que posee.

    Pasa en la vida diaria, Si alguien reemplaza a otra persona en un puesto de trabajo, Ese «Alquien» no esta dispuesto a compartir su conocimiento con la persona que la suplantara.

    Partiendo de esas pequeñas ideas, El peruano ( no todos) ni come ni deja comer…

    Un mal que, tomará años corregir….

    Por que no ser mas optimistas en el Peru?, Por que no ayudar al projimo?, Por que no hacer empresa entre amigos?..
    Por la Fucking envidia…

    Quiero a los peruanos, pero adoro las ACTITUD de los gringos que son mas optimistas que la patada…

    Como dice el Spot de Donofrio:
    OPTIMISMO!

  6. jose carlos jose carlos

    de acuerdo con la envidia peruana, como resultado de una sociedad que ofrece oportunidades desiguales.
    pero la envidia juega con el resentimiento: cuando un grupo social cree que otro es el causante historico de un mal que le aqueja. cuando insultan a claudia llosa por «pituca», la envidia? hace florecer el resentimiento: si no hubiese ganado el premio seguiria siendo pituca. hay un problema con su «naturalez». igual cuando algun «blanco», «mestizo» o «cholo» se indigna que magaly cante en quechua y se tome fotos en su chacra. incas si, indios no version 2001.

  7. Roberto: no entiendo mucho, quizas nada. O quizàs, entreveo algo, pero sin claridad. Insuficiencias mías.

    Para mí el asunto es más simple. El problema de la envidia es de quien la menciona. A esa persona le corresponde justificar el uso, su definicion, su aplicacion. A los demás, pues solo les resta detectar argumentos e ideas.

    ¿La envidia es igual a «maledicencia»? ¿Es un asunto de palabras?

    Porque cuando la «envidia» se transforma en acciones concretas (digamos, meterle cabe a alguien en una carrera), eso ya no es envidia, es trampa. Y es punible.

    Como puse en mi texto -eres el unico blogstar que me cita- cuando la envidia se ve como pecado (o defecto) es cuando se le quita su fuerza natural, su ánimo competitivo.

    Y no existe tal cosa como la «envidia peruana» (la discusion en USA es por qué se quieren bajar biliosamente los comentadores de internet a Slumdog Millionaire, película de un director británico que filmó en la India), pero sí podríamos definir qué cosas son las que más se envidian por aquí. Yo te envidio, por ejemplo, que Ocram te cite todos los posts, en su blog y en sus columnas. Pensamientos de blogger plebeyo de la blogosfera criolla.

    saludos

  8. roberto roberto

    Luis: Justo mi rollo es desnaturalizar la envidia, para evitar decir cosas tales como «el ser humano es envidioso» o, peor aún, «el peruano es envidioso» (por allí, con eso, respondo a algunos otros comentarios).

    Saludos.

  9. Amazilia Amazilia

    * Cual es el punto? que todos los que criticaron el premio de Llosa son envidiosos?
    *»la nuestra fue (es) una nación criolla, construida desde ese locus, desde donde se plantea que el resto del país se integre.» o sea no se ha integrado aun a los mestixos e indigenas?
    * Por que le llamas criolla en Cusco se decia «Aqui no da el colera por que la envidia la mata»

  10. yo pe yo pe

    No pe. Has tu post de la envidia con cosas o sujetos envidiables como Vallejo, Eguren o Valdelomar. Con la LLosa a lo mas hay un raje huevero, como para pasar el rato y darle la contra a la comunidad borreguil.

  11. Bruno Ysla Heredia Bruno Ysla Heredia

    Esa frase de «el peor enemigo de un peruano es otro peruano» siempre me ha parecido como la paradoja de Zenón: Se supone que la dice un peruano y ¿qué cree que está haciendo? ¡está hablando mal de otro peruano! está haciendo lo mismo que crítica.

    Suelo ser impuntual y puedo sentir envidia, o algo parecido a eso, pero siempre he creído que eso sólo tiene que ver conmigo, no tiene nada que ver con mi nacionalidad. Sería algo así como el poema «Voy a hablar de la esperanza» de Vallejo.

    Por lo demás, estoy de acuerdo con Luis Aguirre, me parece que este post tiene un «severo caso de las nuevas ropas del emperador».

    Saludos

  12. roberto roberto

    bruno: siento que no puedas entenderlo. nadie es perfecto. igual, saludos.

  13. En efecto eso de la envidia como un boomerang entre nosotros los peruanos es una paradoja. Me sorprende que una mente lñucida, como la de Morsa, inicié este artículo con frases como que «los peruanos tenemos la envidia en el ADN», ojo Morsa que el sarcasmo, en psicología, es una ira mal reprimida hacia los que no piensen como uno ¿dónde está entonces la objetividad? Puede haber diversidad de opiniones en una sociedad democrática, pero ¡cuidado con caer en la intolerancia!

    Tu artículo es subjetivo, superficial, unilateral e incompleto. Partes afirmando que la envidia es algo consustancial al ser huamno, pero al final de tu post contniñuas más enredado que al principio, no aportas nada al debate, salvo tu intolerancia contra los que «atacan» a Claudia Llosa por tener éxito.

    Pero hubiera sido prudente que definas tu concepto de «éxito». Personalmente, de ninguna manera puedo definir éxito a un producto que va a obtener muchísimo dinero (me refiero al film de la teta) partiendo de explotar el estereotipo de costeño-blanquito-civilizado-buen ciudadano-culto y la idea tan vil de serrano-mestizo-supersticioso-subversivo-ignorante. Pues a mi criterio ese es el mensaje ideológico del film. Debermos orientar la discusión hacía los contenidos culturales, sociales, políticos e ideológicos inmersos en el film antes de decir alegremente que los que criticamos un determinado producto o concepto somos ignorantes y envidiosos.

    Estás aplicando, no sé si de manera consciente o inconsciente, el mismo concepto que aplicó Alan Garcia en su «perro del hortelano», donde el mensaje era «si no entiendes que el Perú debe regalar sus amterias primas a los países desarrollados sin importar otrso temas como ciencia y tecnología o el deterioror del medio ambiente eres UN ENVIDIOSO, o sea eres un perro del hortelano». No me parece casual la imagen que hayas elegido para ilustrar tu post.

  14. roberto roberto

    Leonardo, disculpa. Mi post es un alegato justo contra la naturalización de la envidia y más bien encontrar lo característico de la envidia en el Perú, su origen y su desarrollo, y también las bases sobre las que esta se asienta y se reproduce. Convertir la envidia en un producto histórico y cultural, y no algo genético. Parto de los falsos supuestos, del sentido común, y termino en la apertura de preguntas. Si no se ha entendido, asumo el error.

    Y no ataco a quienes critican a Claudia Llosa. Por el contrario, quizá trato de buscar no justificaciones, exactamente, pero si explicaciones a comportamientos que no me parecen gratuitos. En una sociedad estamental, oral, donde lo público se cruza con lo privado/doméstico, no es casualidad que la sospecha sea parte de la envidia.

    Saludos

  15. Entonces se comete otro error: culturalizar la envidia. Si buscamos las manifestaciones de la envidia en nuestro país para desentrañar esa forma tan típicamente peruana de envidiar y comparamos con otros países, ¿realmente encontraremos veremos rasgos distintivamente peruanos en la envidia? hmmm No sé, a lo mejor no. Pero a lo mejor sí podemos decir algo sobre el capitalismo y la envidia en países subalternos.Como sea, sería saludable dejar de ver nuestro envidioso ombligo.
    saludos, iré por un vodka martini

  16. yo pes yo pes

    Lo que me da envidia es la petulancia de Luis Aguirre. ¿Qué obligación tienen los «blogstars» de citarte? Baja de tu nube, choche y agradecele al Morsa que ya mucho te linkea

  17. roberto roberto

    hola, «yo pes», yo cito a Luis porque sus posts me parecen interesantes, aunque no comparta muchas veces (menos de las que él piensa) sus planteamientos o argumentos.

    saludos

  18. Alguien Alguien

    También tuve la necesidad de entender no «por qué somos así» (porque los peruanos que conozco no han reaccionado así), pero sí entender a qué se debían estas reacciones.

    Entonces fui al lenguaje porque es la bitácora de las conductas humanas.
    http://elcastellano.org/palabra.php?q=envidia

    Pasé por la psicología y la diferenciación entre envidia y celos, y el rol que juegan en el desarrollo del ser humano.
    http://www.psy.dmu.ac.uk/drhiles/ENVYpaper.htm

    Y terminé con la sociología
    http://www.longleaf.net/ggrow/Hate/Envy.html

    «In Purgatorio, Canto XIII, Dante meets Sapia, whose punishment for malicious envy–she rejoiced to see her countrymen lose in battle–was to have her eyelids sewn shut with steel wire»

    http://tinylink.com/?wWJr3HREmn

    Te adjunto los links porque quizá te interese y porque obviamente su lectura conjunta me ayudado a entender mejor de qué se trata.

  19. El indio peruano envidia al indio boliviano.
    El mestizo peruano envidia al mestizo chileno.
    El criollo peruano envidia al criollo colombiano.
    El blanco peruano envidia al blanco argentino.
    El negro peruano envidia al negro ecuatoriano.
    El japonés peruano envidia al japonés brasilero.
    El chino peruano envidia al chino de Estados Unidos.

    CONCLUSION: COMPLEJO DE INFERIORIDAD

  20. […] tengan éxito? Será ésta una manifestación de la famosa frase que alojan diversos cholomóviles “tu envidia es mi progreso“? ¿deberíamos lanzar toda la maldición de la cholonoia contra Bareto y quemar sus discos? […]

  21. cecilia cecilia

    Llamar envidia por que se critica es el error del peruano mas bien creo yo y es un tipo de intolerancia, que existe en el Peru, el no saber escuchar.
    Yo como peruana te aseguro que el triunfo de la «Teta asustada» no es el ejemplo preciso para fundamentar tu vision de la envidia en el Peru,sino mas bien es la prueba de como nos sonsean con este concepto que tenemos los unos de los otros, y que nos deja ver tambien que mas bien estamos enquistados en el egocentrismo, que siendo que el Peru es uno de los paises que promete, y de los mas en latinoamericsa, es una mala mezcla pues asi mismo nos puede hacer caer, como se nos suba los humos con los triunfos sin anlaizar bien que hay detraz.
    Claudia Llosa no necesita que todo el mundo la alabe , es talentosa lo dicen los expertos, pero una cosa es el talento y otra el compromiso, el cuidado que ponga en no solo ella recibir el premio.
    Para los peruanos ha sido una mal jugada, nos deja mal mal en todos lados y eso es de tontos, porque ella tambien es peruana, y se salva a medias aun con todo el talento que tenga.

  22. cecilia cecilia

    Cuando vean la peli me cuentan que les parecio.Les invito a mi blog:
    http://sandra-cecilia.blogspot.com/
    saludos desde Espana con verguenza por que los peruanos somos buenos y ellos mismos dicen que no…..¡no!

  23. […] No es nada casual que la confianza en la congresista y candidata presidencial Keiko Fujimori aumente justo en estos sectores. Aunque todo sería más certero de contar con la base de datos de la Universidad de Lima, es claro que quienes dijeron no sentirse informados confían en la candidata que planteó abiertamente que el juicio fue obra de la venganza. Por ende (y exagerando) no es un ciudadano sensible a la institucionalización. Meléndez planteó que el ciudadano fujimorista no “es necesariamente un individuo que no respeta los derechos humanos”. Claro, no necesariamente. Pero no cree en la posibilidad de justicia y más bien puede practicar la constante sospecha sobre las instituciones. […]

  24. Los peruanos envidiosos,,, jajajajajaaaaa

    yo diria ladrones, corruptos, mentirosos, acomplejados, perdedores, y todo esto resulta un peruano envidiosos y nada de confiable.-

    Saludos,

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