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La «ordenanza gay»

Para empezar, no se trata de una «ordenanza gay», como mal lo llama Gonzalo Zegarra, director de Apoyo Publicaciones en la versión digital de Semana Económica. Es una ordenanza promovida por la Municipalidad Metropolitana de Lima, en la que los locales que atiendan al público digan abiertamente «aquí no se discrimina por orientación sexual». Eso porque la MML ha establecido (podemos estar de acuerdo o no), que la homofobia es un problema real y constante. Y, por ende, hay que reforzar el mensaje. Digamos, hasta que el problema no sea problema.


Tomado de No soy homofóbico pero… (Perú21). Apunte de Andrés Edery.

Una primera discusión es sobre la eficacia de tal medida. Pero en estos momentos eso no viene al caso.

Más allá de las destempladas objeciones de algunos cultos como el católico, a través de su representante limeño, Juan Luis Cipriani, me ha llamado la atención la opinión de Zegarra, en tanto trata de ubicarse en una posición liberal.

Para empezar, Zegarra no entiende de manera alguna de qué va el asunto. No son aquí dos posturas que se encuentran en un mismo nivel, y que se trata de dos bandos de intolerantes. Partimos aquí del hecho concreto que no hay tolerancia a la discriminación, por religión (o falta de ella), clase social, etnicidad, cultura, forma de hablar, edad, sexo u orientación sexual. Si la toleramos, se acaba este sistema imperfecto llamado democracia. Claro, podríamos discutir luego si la democracia es el mejor sistema, y que mejor cambiémoslo por otro. Pero creo que luego de tres elecciones presidenciales sin mayor problema, al Perú le gusta la democracia.

Entonces, decir que en un local que pide autorización tiene que haber un cartel que nos recuerde que allí no hay discriminación a orientaciones sexuales, es más o menos para reforzar la idea. Ojo, nadie está diciendo que los dueños o quienes allí se encuentren deben pensar de otro modo (como mal argumenta Zegarra), sino que no actúen de manera discriminatoria. Es decir, que si una pareja de hombres, mujeres, o cualquier combinación que tu imaginación pueda elaborar, quiere darse un pico o la mano y estar acaramelados, no venga un fulano que quiera romperles la cara. ¿Phillip Butters? ¿Hemos olvidado lo que ese sujeto que funge de periodista por las mañanas dijo no hace mucho?

Ok, los comensales de un restaurante pueden pensar y opinar lo que les da la gana, y bueno, esto de la democracia se trata de que haya libertad de opinión. Pero no pueden hacer lo que les da la gana pues. Entre el pensar, decir y el hacer hay una gran distancia.

Entonces, esto no es «discriminación inversa». Ni siquiera entra en el saco de la «acción afirmativa». Es un cartel. Como los que recuerdan a TODO el mundo que no se debe fumar en un lugar abierto al público, aunque todos sepamos que la ley existe (y no nos da la gana de hacerles caso).

Como dije al inicio, podemos discutir luego si es eficaz. O por qué solo ese tipo de discriminación y no otros o todos (como lo ha señalado Wilfredo Ardito).

Entonces, no es cualquier tipo de intolerancia, Zegarra. No es, como señalas «combatir el terrorismo con terrorismo de estado». Es cerrar filas contra prácticas que deben ser desterradas dentro de la convivencia ciudadana.

Ahora Zegarra, si dentro de tu casa quieres prohibir cualquier tipo de imagen homoerótica que te ofenda, estás en tu derecho. Si quieres apagar el televisor cada vez que sale un desfile gay, tú te lo pierdes.

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Publicado en Ciudad

14 comentarios

  1. Me permito un offtopic para señalar que el liberalismo merece una reivindicación en el Perú. Los «liberales» que tenemos son truchos en el mejor de los casos, y le hacen una fama terrible al liberalismo (del cual mucho, muchísimo es rescatable y sumamente interesante). El liberalismo peruano necesita un poco más de John Stuart Mill y un poco menos de Aldo Mariátegui que, de liberal, en verdad no tiene nada.

    Dejo el asunto marcado nomás. Por un mejor liberalismo.

  2. Anónimo Anónimo

    Salud, por un mejor liberalismo! 🙂

  3. Edjoseqc Edjoseqc

    chrv la rspta, tiene razon ps como es eso d tolerar la intolerancia q pide este sujeto, toavia s director, da mala pinta a apoyo no? XP. independientemente de la homosexualidad , aunq s l tema mas resaltante con el que se vincula, la tolerancia no tiene la misma definicion para todos. x ejemplo yo creo seria buena idea q muxos vieran un episodio d south park q recoje este topico. xq como muestra, ser tolerant no significa permitir un festival de demostraciones gay en un aula d clases, q apart d desatinado, creo yo es el pnsamiento equivocado d muxos, que creen q x prmitirse la opcion significaria esta clac d eventos, no¡, no es asi. creo algo asi hay dntro d la cabeza dl sr butters (ironia XP) pro c l puede xplicar tmb y no abria problema. ahora asi como l sr. zegarra hay muchos q stan defendiendo su «derecho a discriminar» no se quien ls a dado tal derecho, tlvs exagero pro eso demostro la marxa q hubo en contra de la ordenanza cuyas bases se desplomaban cual castillo de naipes. 

  4. Jorge Ccahuana Jorge Ccahuana

    Coincido plenamente contigo en que llamarlo «ordenanza gay» lleva un carga peyorativa (lo cual demuestra lo primitivo de la esfera pública peruana en temas de reconocimiento de «otras» sexualidades), y muy a mí pesar compruebo que en los medios con más simpatía por el reconocimiento del movimiento LGBT ésta es llamada de igual manera; pero creo que, al decir que mejor evades el tema de la efectividad de la medida (uno de los puntos que justamente ataca la columna de Zegarra), estás desviando el debate.
    Como bien dices, poner un cartel no tiene necesariamente que cambiar las mentes de las personas (si fuera así, muchas cosas aún más terribles hubieran sucedido en el pasado), pero sí puede reforzar una idea: de que la opción sexual no es causal de discriminación.
    Sin embargo, sigue siendo un disparo al aire: ¿crees que poniendo ese letrero la gente, o los dueños del local, hubieran defendido a Carlín cuando Butters se le acercó? ¿Crees que sí podría suceder en una cantina de Campoy? Puede que el cartel represente para el movimiento LGBT un primer paso, pero me parece que la medida es inadecuada en tanto no se haya logrado una verdadera organización del movimiento ni podido expandir el discurso hacia los distintos estratos de la sociedad. ¿La imposición de normas ayuda a cambiar las actitudes vinculadas a la moral? Ciertamente, es necesario un cambio de esas actitudes, pero mi opinión sincera es que la imposición, como primera medida, nunca ayuda a ellas, sino que genera la misma repulsión.

  5. LuchinG LuchinG

    Ahota ahora no veo que alguien diga que si se tratara de un asunto de respeto a las creencias de la iglesia católica, entonces por qué sí dejan entrar a los divorciados, los superticiosos, los que tienen sexo premarital, los que tienen tatuajes… Los únicos a quienes se les aplica la restricción es a los gays, por lo tanto no dejarlos entrar es claramente una política homofóbica.

  6. Hernan Hernan

     El Liberalismo Político supone un sistema donde el Estado resguarde el bien público y la vida e intereses de los ciudadanos, respetando a las minorías y manteniendo las libertades civiles y esto lo proporcionaría un gobierno representativo y asentido, basado en el principio del freno de los poderes y la adecuación a la Constitución y a las Leyes apoyadas en la voluntad general del pueblo como soberano.

    http://www.mailxmail.com/curso-siglo-luces-mas/liberalismo-politico

  7. […] El último post de El Morsa sobre la mal llamada “ordenanza gay” me dejó pensando sobre la precaria condición del liberalismo en el Perú. Salvo muy contadas y rescatables excepciones, lo que se suele entender por liberalismo en el Perú enarbola a personajes inefables como Aldo Mariátegui, fuerzas políticas conservadoras como el Partido Popular Cristiano y principalmente organizaciones e individuos alineados con la derecha económica: el liberalismo en el Perú es confundido con la doctrina económica del laissez faire, del “dejar hacer”, como si fueran idénticos y lo mismo, y ese definitivamente no es el caso. La libertad económica y no intervención del Estado se vuelve el único punto de la agenda liberal, cuando en verdad el tema es bastante más complicado e interesante. Personalmente me identifico con muchísimas de las ideas del liberalismo (tanto político como económico), y creo además que históricamente muchas de sus premisas son ya inescapables: es decir, cualquier planteamiento político contemporáneo no puedo retroceder antes de ellas, o intentar ignorarlas, sino simplemente buscar cómo incorporarlas armoniosamente. […]

  8. Camilo Camilo

    Puede sonar falaz, pero, ¿qué puedes esperar de este tipo?

    Es este mismo Zegarra, el de Semana Económica. que exigía en TV luego de 10 minutos del resultado de la segunda vuelta, que Ollanta diera en las próximas 24 horas los nombres del ministro de economía y de otras carteras porque la economía peruana ya se había frenado en seco y empezaba la decadencia. El mismo que unos minutos después dijo que algunos conflictos sociales se hacían grandes de la nada porque la gente «pedía una acequia».

    Este facho no merece el mínimo de atención. Es un Aldo Mariátegui eufemista.

  9. Gonzalo Zegarra Mulanovich Gonzalo Zegarra Mulanovich

    Estimado Morsa:
    1) Citar incompleto es la mejor manera de tergiversar (y reconozco que en este caso el primero en hacerlo fue el utero, y hemos intercambiado ideas privadamente al respecto). Ninguno de ustedes cita cuando digo que los consevadores tienen derecho a esa opinión siempre y cuando (o sea si y solo si) ella se mantiene en el ámbito discursivo o moral. Digo después que las leyes específicas deben combatir la discriminación (específica) contra los gays. Con lo cual es falso que yo haya sostenido que los homofóbicos tienen derecho a discriminar.
    2) Todo mi punto es que el famoso cartelito es intolerante porque obliga a declarar algo en lo que no necesariamente todos creen o tienen  que creer. Si quieres ser comerciante en Lima tienes que declarar que promueves la diversidad, etc. A diferencia de lo que todos ustedes asumen a priori no soy conservador, no me ofende ninguna expresión gay (de hecho digo en el artículo, y no lo citas, que a los gays se le tienen que respetar todas las expresiones públicas de afecto que se toleran a los heteros, con lo cual tu alusión a que mi argumento ampararía a Butters queda totalmente desvirtuada). Y el cartelito podría parecer una sutileza pero no lo es. Mañana te obligan a poner una foto de Humala (o de García) en tu comedor  «porque sólo es una foto» y bien gracias???? Por favor. El punto acá está en diferenciar entre la obligatoriedad de la ley y el derecho a discrepar de ella. Las leyes que protegen a todos (no sólo a los gays) de la discriminación son y deben ser obligatorias, pero no por eso todos tienen que estar de acuerdo con ellas ni declararlo. El matrimonio en el Perú es sólo hétero, y el aborto está prohibido. Son leyes obligatorias, sin duda. ¿Te parecería aceptable que te pongan como requisito para una licencia municipal que pongas un cartelito diciendo que estás a favor de la vida del concebido o de que la familia sea sólo heterosexual (matrimonio entre hombre y mujer)? Sería inaceptable, porque atenta contra tu libertad de conciencia y tu libertad de expresión. Pues lo mismo ocurre con esta ordenanza. Por más loable que sea la causa, nada justifica que se imponga una declaración de valores como requisito para una licencia. Eso sin menoscabo de los derechos del grupo a que se pretende favorecer: como digo en el artículo en la parte que no citan, las leyes antidiscriminatorias se pueden cumplir, sin desproteger a las víctimas, sin necesidad del cartelito.
    3) Camilo: mientes porque yo no pedí que dijera nombres en 24 horas. Sugerí que nombrara a Julio Velarde en el BCR y a alguien como Carranza (digamos, un LM Castilla) en el MEF, cosa que ha hecho. No mencioné plazo. Y lo otro que dije es «la economía se va a parar en seco, ya se está parando» cosa que fue cierta: al día siguiente la bolsa cayó estrepitosamente (porque cerró inexplicablemente el viernes anterior asumiendo que Keiko ganaba). 

  10. Anónimo Anónimo

    Estimado Gonzalo. 

    1) Toda cita es incompleta. Siempre. Puedes decir que la cita ha sido sacada fuera de contexto, etc., pero el principio de la cita es no poner el texto completo. No te puedes quejar por ese lado. 2) Creo que estamos de acuerdo con el hecho que no te pueden obligar a pensar de otra forma. Y el sentido de la ordenanza del «cartelito» (ojo, el diminutivo es una forma de ser despectivo) no es de ninguna forma que te obliguen a pensar como el municipio actual quiere, sino reforzar una idea. Puedes suponer otra cosa, que están obligando a pensar de manera inclusiva (¡el horror!) pero hay que hablar de cosas concretas. 

    Tú estás allí añadiendo un nuevo argumento, absurdo, basado en un falso supuesto, que lo que podría seguir, son fotos de algún gobernante. ¿Qué evidencia hay detrás? Ni una. 

    Lo que sí sigues defendiendo es que se tratan de iguales formas de «intolerancia», como por ejemplo decir «aquí se promueve una forma de familia. Al contrario, el cartel dice que en ese local se respeta la ley. Como los carteles que nos recuerdan que en los locales no se fuma.

    ¿Hay argumentos que nos lleve a decir que es necesario recordar que en los locales públicos no se discrimina a nadie? Por supuesto. Tenemos muchos casos. Lo de Butters, por ejemplo.

    Gracias por el comentario. La discrepancia siempre es bienvenida.

  11. Andrés Calderón Andrés Calderón

    Estimados:

    He leído el post de Gonzalo Zegarra, el post de el Morsa y algún otro comentario en redes sociales; y coincido con la crítica de Gonzalo. Hoy día, la mayoría (me incluyo) aborrecemos la homofobia, y ponemos nuestra regla: se prohíbe la discriminación por opción sexual. Estoy de acuerdo con eso. Sin embargo, creo que la libertad de pensamiento y expresión no pueden claudicar ni siquiera ante la opción mayoritaria. La crítica a la mayoría es lo que nos permite seguir evolucionando. Por eso, si alguien piensa y expresa lo contrario (siempre que no invada la esfera física y privada de otro) no debería ser sancionado. Eso es lo que yo considero un ejercicio democrático: El cumplimiento de las reglas impuestas por la mayoría (a través de nuestro Congreso) y la tolerancia a las opiniones disidentes.
    Hoy día el famoso «cartel» no nos afecta tanto, porque la mayoría estamos de acuerdo en que la homofobia es repudiable. Pero mañana, podemos estar del otro lado del cartel. Un cartel que nos obligue a profesar alguna religión, a decir que somos patriotas (los alcaldes lo hacen con sus decretos de embanderamiento), a decir que rechazamos la venta de alcohol o drogas, y un sinfin de etcéteras. 
    Creo que el mensaje de la crítica es: El verdadero democráta o tolerante es aquél que respeta incluso al intolerante.
    Les dejo un post interesante sobre el tema: http://decomunsentido.wordpress.com/2011/08/08/la-libertad-de-pensar-y-opinar-incluso-equivocadamente-a-proposito-de-la-mal-llamada-%e2%80%9cordenanza-gay%e2%80%9d/

  12. Gonzalo Zegarra Mulanovich Gonzalo Zegarra Mulanovich

    Gracias por tu respuesta
    La cita no tendrá que ser completa, pero sí representativa. Y la que han usado en redes sociales para apostillar mi artículo no refleja la idea central de éste (rechazo a la discriminación pero defensa del derecho de los conservadores a discrepar de la ley).
    Mi punto es que no es neutro el contenido del cartel. «Prohibido fumar» es una descripcion del precepto normativo objetivo. Si el cartel dijera «Prohibido discriminar» tal vez sería aceptable. «Acá se promueve la diversidad etc» alude a un ánimo subjetivo, quiere convencer pero obliga a mentir (a algunos al menos).
    Lo de la foto es un supuesto falso, en efecto, para graficar por qué no es trivial o poca cosa  el cartel…

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