Hoy me desperté y no me dejaron ir al colegio. Habían llamado y nos habían dicho que nos quedáramos en la casa. Anoche me dormí temprano por lo que no entendía nada. Mis papás me dijeron, Robertito, ha habido un golpe de estado, han disuelto el congreso. Me acordé de haber leído a Javier Diez Canseco, que había denunciado varias veces que se venía un golpe cívico-militar, que se estaba cocinando aquello en las oficinas del Servicio de Inteligencia. Claro, Diez Canseco lanza siempre como tres o cuatro acusaciones de conspiración y quién sabe cuál es cierta y cuál es falsa. Pero esta vez tuvo razón y nadie se había comido el pleito.
Los noticieros esta mañana están repitiendo el video de anoche del presidente. «Disolver, repito Disolver». Esa voz, esa postura, ese mapa quedarán, imagino, para siempre en mi memoria.
¿Qué hacer? ¿Por qué está pasando esto? Todo para mi es desconcierto. Busco a mis papás por un abrazo. Daniel, mi hermanito menor, mira todo, pero no sé si entienda la magnitud de lo ocurrido.
Tengo miedo, no quiero salir a la calle. Me imagino lo peor, tanques, militares por todos lados. No quiero que nada malo le pase a nadie. Que todos puedan regresar a sus casas tranquilos.
Quién sabe cuándo acabará todo esto.
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