La Iglesia Católica, es decir El Vaticano, estado teocrático con el que el Perú tiene un convenio desde hace décadas para darle facilidades, pagarle a sus obispos, obligar la educación religiosa (católica) en las escuelas públicas y en varias privadas, dar prioridad a sus ritos, ese estado teocrático acaba de encubrir a un pederasta, a un miserable que le arruinó la vida a varios niños y adolescentes.
Ese mismo estado teocrático que le ha declarado la guerra desde hace tiempo a la «ideología de género», que en realidad es un enfoque teórico y político que lo que busca es empoderar a las personas en sus diferencias y diversidades sexuales, empoderamiento que le permitiría a un niño, niña o adolescente, decirle «no», «basta» y denunciar a un pedófilo sin sentirse culpable.
Es el mismo estado teocrático cuyo máximo representante dice, demagógicamente, que hay que pedir perdón a la comunidad gay, pero que allí donde tiene presencia, encabeza la cruzada contra la posibilidad de la comunidad gay, lesbiana, bisexual, intersex y trans, de tener los mismos derechos que cualquier otro ciudadano o ciudadana heterosexual.
Día a día, la Iglesia Católica pierde fieles. Personas que dejan su sombra acusadora y se vuelven ateos, agnósticos, creyentes de otras religiones o iglesias. Otros simplemente dejan de practicar. Pero los números siguen. Su poder de negociación está cuando se acercan a los estados y presentan las cifras de bautizados, de niños y niñas que han realizado la primera comunión. Y los estados, como el nuestro, le dan todas las facilidades del mundo.
Figari recibiendo la hostia del papa (emérito) Benedicto XVI.
Lo siento, ando poco sorprendido y sí muy indignado. ¿Habrán católicos que por acto de solidaridad con las víctimas de la IC, digan «señor Bergoglio, hasta acá llegamos, tome mi acta de bautizo y quédesela»? ¿Renunciarían a una IC que sostenida y documentadamente sigue pasando por encima de las personas que supuestamente debe cuidar? No lo creo. Muchos siguen esperando, a mi gusto vanamente, que la IC pueda cambiar desde dentro. Citan a unos cuantos curas que, según ellos, marcan la diferencia. Repiten cosas como que Francisco es en realidad progre, que los obispos tales o cuales son progres, que los malos malitos son los del Opus Dei, los sodálites y cuántos conservas hay o pululan por la IC. No olvidamos que nuestra universidad más importante actualmente, académica y políticamente hablando, es una universidad católica. Y pontificia. Vamos, a ensayar un poco de análisis crítico.
Aunque sea un trabajo quijotesco, sí, hay que seguir peleando por un estado laico, por denunciar el Concordato (ese convenio del estado peruano con el Vaticano, a través del cual le damos tantos beneficios) por liberar las escuelas de la educación religiosa, por promover el respeto a las diversidades sexuales en las aulas y en las calles, para que los niños o niñas sepan nombrar sus órganos sexuales sin culpa, por que en el país los gays y lesbianas puedan casarse tal igual que los heterosexuales, por la despenalización y acceso al aborto, que no existan crímenes de odio ni feminicidios.
Seguramente será una labor que no termine pronto. Pero eso no significa que sea poco importante.
Paz y Bien. Bendiciones don Cucufato