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La iglesia y su ideología de género

Entiendo, respeto y hasta se puede decir que admiro a las personas que tiernamente quieren cambiar a la iglesia católica desde dentro y que repetidamente creen que el problema son nuestros párrocos locales, porque quién sabe por qué, creen que el señor que está allá en el Vaticano, el Papa latinoamericano es buena onda, progre, open mind. He leído cosas como que Bergoglio está de manos atadas con el Opus Dei, que esto es un tema de los conservadores. Una de las cosas más interesantes en la elección de Bergoglio como Papa es haberle hecho creer a tantas buenas personas que esta vez sí van a haber cambios en el Vaticano. Un Papa populista y tribunero. Hasta parece peronista.

ideologia de genero

Pero no, no hay cambios en el Vaticano, cambios profundos se entiende. Sí, el Opus ha perdido terreno, pareciera que los pedófilos esta vez sí van a la cárcel (aunque, como vemos, otra vez los gestos han sido más para la tribuna que para las fiscalías). Pero sigue siendo en el fondo la misma iglesia basada en textos que no son otra cosa que fan fiction y que sigue promoviendo el mismo discurso misógino y homofóbico de siempre. No hay otra explicación para la guerra que viene desde Roma contra la enseñanza del enfoque de género (la «ideología de género», sic) en las escuelas. Bergoglio ha sido clarísimo y no hay vuelta que darle. Es cosa de buscar tantos sus declaraciones como los textos (que son ley católica) que ha escrito.

Ya hasta extraño a Ratzinger. Al menos, era transparente en su conservadurismo.

PS.

Leer el texto Amoris laetitia: Exhortación a sobre el amor en la familia, dirigido a toda la comunidad católica, y citado en el comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana, sobre todo el punto 56:

«Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo»[45]. Es inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar»[46]. Por otra parte, «la revolución biotecnológica en el campo de la procreación humana ha introducido la posibilidad de manipular el acto generativo, convirtiéndolo en independiente de la relación sexual entre hombre y mujer. De este modo, la vida humana, así como la paternidad y la maternidad, se han convertido en realidades componibles y descomponibles, sujetas principalmente a los deseos de los individuos o de las parejas»[47]. Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos los aspectos inseparables de la realidad. No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada.» (ver texto completo).

Publicado en Política

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